Con este título nos han invitado a hablar en Synusia (en el curso «Cuánto puede un cuerpo colectivo»), y para pensar nos han planteado estas preguntas:
a) ¿Que ventanas de posibilidad se han abierto a partir del 15M? ¿En que sentido se han abierto condiciones de posibilidad para nuevas alianzas desde esta experiencia/colectivo?
b) En esta primera apertura de transversalidades, ¿cual ha sido la potencia política de la noción de diversidad funcional? ¿en que sentido esta noción se ha visto ampliada y desbordada hacia un nuevo territorio de interseccionalidad?.
Aqui va lo que preparamos y dijimos ese día:
En torno a la silla es un colectivo de diseño y auto-construcción de ayudas técnicas, desde y para la diversidad funcional.
También es un colectivo de divulgación de estos temas, que piensa y hace acerca de ello.
Impulsamos cosas como la Primavera Cacharrera, estamos involucrándonos en la organización de la red cacharrera que funcionará en Can Batlló y en una jornada de co-creación y construcción de productos de apoyo que hemos llamado Cacharratón. También estamos haciendo un documental interactivo que se llamará Vidas fuera de catálogo.
Somos, finalmente, una comunidad toda ella hecha de intersecciones entre activistas de la vida independiente, documentalistas, arquitectas, manitas, inventores, etc. Una comunidad inacabada que se va tramando, se va inventando y componiendo en su encuentro con cosas y personas y situaciones…
En ese sentido, y por el camino, todas hemos reubicado nuestros saberes, nuestras certezas e inclusive nuestros propios cuerpos.
1.
Desde hace unos años, pongamos desde el 15M pero también más atrás, desde el banco ocupado de plaza catalunya u otros momentos de la okupación del espacio público, muchas luchas en esta ciudad se han caracterizado por ser “momentos espaciales”, momentos de abrir infraestructuras.
Balbuceantes y frágiles, pero donde esa necesidad y capacidad de darnos infraestructuras (infraestructura entendida complejamente en su sentido material, también de vínculos y de redes de apoyo y sustento) se hizo tangible.
Hace mucho tiempo que las condiciones materiales –infraestructurales y ambientales- forman parte de nuestra agenda, ya que sabemos que para pensar y vivir en común nos hacen falta espacios comunes.
El 15M ha tenido una particular persistencia en el abrir, materializar y sostener, esos espacios experimentales.
Creo que es en esa dimensión del 15M que la existencia de la Comisión de Diversidad Funcional alcanzó su sentido más pleno.
La plaza tuvo muchos dispositivos de accesibilidad para relacionar toda esa diversidad que la estaba habitando (de edades, de hábitos, de lenguajes, de conexiones, de situaciones vitales) ¿cómo se conectaba todo ello para ensanchar nuestras posibilidades? ¿qué necesitábamos para que ese cuerpo pueda más?…
Hubo prótesis en el 15M, códigos en las asambleas, lenguajes de signos y también de gestos para no interrumpir, para no imponer, para facilitar la toma y la escucha de la palabra.
Hubo cantidad de herramientas tecnológicas y digitales, dispositivos maquínicos de muchas clases.
Hubo tiendas, casas en los árboles, crema solar, cabinas de WC, agua, alimentos, huertos, sombra, servicio sanitario, hubo pasillos para evacuar las asambleas en caso de emergencia, etc…
Fue todo un ensayo de como se crean formas y espacios políticos que puedan ser habitables por todas y cualquiera (no solo activistas, militantes, apasionados, jóvenes, especialistas, etc.)
Entonces, con el 15 M, el concepto diversidad funcional se explicita de otro modo, podemos decir que con el 15M el concepto “diversidad funcional” estalla en otras direcciones. El cuerpo colectivo donde se encarna el concepto diversidad funcional crece, porque de algún modo el “normal” también se auto-reconoce y quiere ser reconocido como diverso.
Nosotras decíamos: “Para los que nos reunimos en la comisión de diversidad funcional de la plaza, no se trata de compartir una identidad, sino de ponerse juntos, del mismo lado, para interpelar a una realidad que no reconocemos a nuestro favor y queremos reconfigurar a nuestra medida y según nuestros deseos y necesidades”.
Pensemos en el banco okupado, en el 15 M, pero también en la Pah, en los Yayoflautas, en el Babyblock, ahora las movilizaciones presuponen un cuerpo que requiere apoyo.
Lo dice muy bien J. Buttler:
“Uno de los rasgos importantes de las reuniones públicas que hemos visto recientemente busca confirmar que la resistencia política se basa, fundamentalmente, en la movilización de la vulnerabilidad y que las formas plurales o colectivas de resistencia están estructuradas de forma muy distinta a la idea de un sujeto político que establece su agentividad venciendo su vulnerabilidad».
Creo que este es el modo para nosotras más interesante de pensar las alianzas que el 15M posibilitó para continuar pensando la gran pregunta ¿Cómo queremos vivir juntos?
2.
Hay una segunda idea, contenida en el concepto Diversidad funcional, que también nos atraviesa e intersecta a todas.
Es la idea de funcionamiento.
Y aquí viene muy bien recoger algunas ideas de Silvia Gil.
Funcionamos con criterios de autosuficiencia y productividad, pensamos nuestras capacidades en relación al mercado, y aquí no están contempladas las diferencias, ni entre nosotras ni al interior de nuestras vidas (la enfermedad, la vejez, la infancia, etc)
Como los cuerpos que llamamos “discapacitados”, nuestros cuerpos también están constreñidos a normas de funcionamiento, nuestras vidas funcionan a medida de los tiempos y las economías de las instituciones, de las grandes corporaciones, de los estados.
¿Cómo trascendemos estas prácticas, estas representaciones, estos valores instituidos para acoger nuevos funcionamientos, nuevas formas de hacer, nuevos modos de habitar?
Porque la lógica existente (la que piensa en términos capacitistas) atiende a un funcionamiento muy limitado.
¿Cómo queremos vivir juntas? …y para ello, ¿cómo sostenemos nuestra vida propia, singular? ¿Cómo hacemos un mundo común hecho de diferencias irreductibles?…
3.
Retomando cosas que la Primavera Cacharrera hizo pensar y escribir a Tomás (Sánchez, compañero de En trono a la silla).
Él compara la primavera cacharrera con el catálogo ortoprotésico.
Y dice, lo que cataloga el Catálogo ortoprotésico son posibilidades existenciales,
Se trata de la VIDA permitida por el catálogo a través de la subvención y el subsidio de objetos alquilados o comprados a agentes económicos privados con la cobertura financiadora de las administraciones publicas… objetos estandarizados, homologados y con certificados de seguridad.
Y esto es el día a día de las ayudas técnicas de las que se sirven las personas que necesitan objetos para funcionar.
Lo que vimos en la Primavera Cacharrera es, en cambio, una tecnología, unos modos de cooperación, de producción entre iguales, unos objetos en su puro valor de uso, una comunidad, unos elementos y vínculos que llamaremos “fuera de catalogo”.
Una innovación oculta hecha por unos cualquiera, que diseñan y hacen cosas.
Tomás hace una lista de lo que hubo allí:
-Alternativas de re-uso y reciclaje: hubo cultura de la reparación y la reutilización.
-Alternativas de auto-fabricación y tecnologías de bajo coste y hecho a medida.
-Alternativas de auto producción: producción colaborativa, innovación distribuída y conocimiento libre.
-Alternativas de fabricación libre, distribuída, por ej. las impresoras 3D, que también hacen accesibles la documentación, tutoriales y planos, para remezclar o replicar algo
-Hubo repositorios de ideas y soluciones, adaptaciones, apaños y creaciones
-Hubo circulación del conocimiento y la creatividad, desde y para la comunidad hacia si misma.
Para nosotros aquí hay una genealogía que va del 15M a la Primavera Cacharrera, a la que En torno a la silla intenta ser leal.
Y hagamos la lista de las limitaciones con que nos encontramos:
Hacen falta recursos para poder continuar y para no auto-precarizarnos en el intento.
Canales de comunicación más densos entre los actores, espacios de fabricación, pensar en talleres y ateneos de fabricación reales y al servicio de la gente, de nosotros.
Hace falta institucionalizar los encuentros, darles consistencia. (por supuesto, hablo de instituciones nuestras)
Y hace falta hacer accesibles para todas, todos nuestros espacios… todos nuestros espacios deben ser accesibles!
Alida / En torno a la silla
25 de septiembre 2014.