/ EDUCACION: cuerpo, funcionamiento y entorno.

aula A4 (1)

Educación: cuerpo, funcionamiento y entorno.  Alida Díaz.

Ejemplo:
Aula de la Facultad de filosofía, Universidad de Barcelona.

…” Por otra parte, dos estudiantes con discapacidad, Javier Pastor y Fredy García, denunciaron ayer que las nuevas instalaciones no están plenamente adaptadas para ellos. Dijeron haber advertido sin éxito de que la rampa de acceso no tiene antideslizante para frenar las sillas de ruedas, que no tienen mesas adaptadas y se ven obligados a tomar apuntes con el cuaderno apoyado en las piernas, y que no pueden abrir desde sus sillas las puertas de las aulas por falta de ángulo para girarlas.

El delegado del rector, Miquel Salicrú, afirmó que estas carencias quedarán resueltas. El antideslizante se pondrá de inmediato y se instalarán mesas para ellos. En cuanto a las puertas que no se pueden abrir, afirmó que el problema afecta sólo a seis de las 44 aulas y se puede estudiar cambiar a estos alumnos de aula…»

El aula que analizamos pertenece al edificio de la Facultad de filosofía, historia y geografía de la Universidad de Barcelona, ubicado en el barrio del Raval de Barcelona e inaugurado en el año 2006.
Es un aula para clases teóricas, de medidas medias, con un equipamiento fijo dispuesto en ocho filas. Cada una de las filas esta compuesta de diez asientos abatibles y una mesa fija y continua. El aforo máximo del aula es de ochenta alumnos.
Para el caso del alumno o alumna que utilice silla de ruedas para su movilidad, se ha previsto un puesto en el extremo de la primera fila, del lado más próximo a la puerta del aula. Siendo este, a su vez, el único punto del aula donde se cumple la medida real y necesaria para que una silla de ruedas gire 180 grados y la persona pueda entrar y ubicarse en diagonal a la tarima desde la que el profesor impartirá la clase.
El resto de espacios libres para circulación del aula no tienen la holgura necesaria, ni la medida mínima en los extremos de las mismas (un espacio donde se inscriba un círculo de 1.50m de diámetro como mínimo), como para dar la posibilidad al alumno de elegir su ubicación, o simplemente de moverse por el aula.No dudamos de que con este puesto, con sus medidas y su ubicación, los requerimientos que establece la normativa seguramente se den por cumplidos. Pero sabemos que la norma no solo resuelve necesidades técnicamente, siempre esta acompañada de una mirada normalizadora, una mirada que compara y jerarquiza, homogeneiza y excluye.

“Se comprende que el poder de la norma funcione fácilmente en el interior de un sistema de igualdad formal, ya que en el interior de una homogeneidad que es la regla, la norma introduce un imperativo útil y resultado de una medida, todo lo que se ha desvanecido de las diferencias individuales.” Vigilar y castigar, Michel Foucault.

Esta misma sensibilidad proyectual sabe que el espacio construye relaciones plenas de significaciones, y ubica a los alumnos en hileras de asientos y mesas fijos. En este alineamiento, cada cuerpo es un segmento dentro de un mecanismo superior, que nunca se trastoca, que ha distribuido los roles según un ordenamiento espacial inalterable.

“…Pabellones, salas y mobiliarios organizan lo múltiple, lo disperso, imponen un ordenamiento espacial, establecen sitios fijos y circulaciones, recortan segmentos individuales, establecen operatorias, relaciones, gestionan tiempos y valores…” Vigilar y castigar, M.Foucault.

Así como para la persona en silla de ruedas no hay otra ubicación posible que el “arrabal”, el aula tampoco ofrece otra posibilidad de encuentro u organización para el conjunto de los alumnos.
La disposición de la misma jerarquiza el frente. Y si hay frente hay Saber.
Es una idea reforzada por la altura desde la que el profesor dicta su clase, porque aunque las dimensiones del aula no lo hagan necesario -el profesor puede ser visto y oído desde todos los sitios- el aula tiene una tarima que lo eleva cincuenta y dos centímetros por encima de los alumnos.
Él tampoco tiene otra posibilidad de ubicación, y no tendría ninguna si una diversidad funcional le impidiese subir los escalones del estrado.

En el aula hay entonces, superiores e inferiores.
El aula produce desigualdad reforzando la diferencia (esto no es aquello) y construyendo la distinción (una distancia establecida entre esto y aquello): los inferiores no pueden lo que pueden los superiores.
El aula impone un cuerpo normativizado –cuerpo de alumnos y profesores- que es efecto de estas relaciones espaciales, el cuerpo normativizado es entonces un cuerpo producido por la posición que ocupa. Y en un doble movimiento, mientras impone un cuerpo normativizado como efecto de estas relaciones espaciales, el aula esta produciendo y reproduciendo materialmente el cuerpo discapacitado.
El requerimiento principal para todos los cuerpos, es el de estar con un funcionamiento único en un contexto agotado.

Contexto agotado el del aula muerta del siglo XXI, que en nada se distingue del modelo “aula cátedra”, creación del siglo XVIII.
Un contexto que impide muchos otros y distintos funcionamientos, el mismo que impedía al niño del siglo XVIII escribir con la mano izquierda.

“Para una buena letra hay que tener el cuerpo derecho, un poco vuelto y libre del lado izquierdo, y un tanto inclinado hacia delante, de suerte que estando apoyado el codo sobre la mesa, la barbilla pueda apoyarse en el puño, a menos que el alcance de la vista no lo permita; la pierna izquierda debe estar un poco mas adelante bajo la mesa que la derecha. Hay que dejar una distancia de dos dedos entre el cuerpo y la mesa; porque no solo se escribe con más rapidez, sino que no hay nada más perjudicial para la salud como contraer el hábito de apoyar el estómago sobre la mesa. El brazo derecho debe estar alejado del cuerpo unos tres dedos y sobresalir casi cinco dedos de la mesa, sobre la cual debe apoyarse ligeramente. El maestro hará conocer a los escolares la postura que deben adoptar para escribir y la corregirá cuando se aparten de ella.” (La Salle: conducta de los escolares cristianos, 1828). Vigilar y castigar, M. Foucault.

Y quizá sea esta es su significación principal, esta aula esta impregnada por el hecho de no haberse modificado en dos siglos, su vigencia se sostiene en la actualización continua de la sumisión de los cuerpos a su funcionamiento.

El espacio del aula ya esta cerrado para nuevos sentidos, clausura y no abre, imposibilita las relaciones, el pensamiento, la creación y no hay otra posibilidad para habitarla que hacerla estallar en otras múltiples dimensiones, construyendo con sus restos nuevos contextos y relaciones, para nuevos cuerpos y funcionamientos.

 

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